Según un reciente artículo de Reuters, el régimen venezolano reestablecerá el suministro de petróleo a Cuba a través de su empresa petrolera PDVSA. De acuerdo a esta agencia de noticias, Venezuela le suministrará 190 mil barriles a la isla caribeña, lo cual representa el primer envío de petróleo a su aliado regional luego de siete meses.
Lógicamente, se trata de un evento de considerable relevancia, tomando en cuenta que todo esto puede considerarse como una vuelta a la normalidad en la alianza iniciada por ambas dictaduras socialistas, desde la llegada Hugo Rafael Chávez Frías a finales de los años noventa.
Tras su salida de prisión tras haber ejecutado de manera fallida dos golpes de estado contra el gobierno de Carlos Andres Pérez, Chávez había mostrado su admiración por el líder revolucionario Fidel Castro. Todo esto, más allá de que durante su campaña presidencial negase cualquier vínculo y concordancia ideológica con el dictador cubano. Después de todo, tanto Chávez como su equipo de campaña eran conscientes de que cualquier clase de asociación con el castrismo podía perjudicar sus números.
A buen tiempo.
El restablecimiento del suministro de petróleo a Cuba llega en un momento más que importante para el régimen de La Habana. Al fin y al cabo, la dictadura de Miguel Díaz-Canel está viviendo una de sus peores crisis en los últimos años, gracias a la falta de combustible y a los apagones que una vez más azotan a toda la isla caribeña. Este delicado escenario nos hace rememorar los peores momentos del llamado “Periodo especial”, cuando los apagones formaban parte del pan de cada día, y buena parte de los cubanos en la isla debían sufrir la mayor parte del día sin electricidad.
Es importante recordar que este “Periodo especial” fue probablemente el episodio más dantesco que el pueblo cubano llegó a experimentar durante la revolución castrista. Se trata de la implosión de la Unión Soviética y la forma en que semejante cataclismo significó el fin de la sustanciosa ayuda económica que Moscú le proporcionaba a La Habana, al ser esta la joya de la corona de sus satélites comunistas en el mundo.
De acuerdo a numerosos analistas, este fue el momento más débil de la revolución cubana considerando que su sostén económico había colapsado. De hecho, se pensaba durante los primeros años de la década de los noventa que la caída del castrismo era cuestión de tiempo, considerando que el régimen no tendría forma de solucionar ya no solo los problemas de electricidad sino también la hambruna que sufría su propio pueblo.
A pesar de semejante realidad, la administración de George Bush padre decidiría no hacer nada, bajo la certeza de que inevitablemente la dictadura comunista implosionaría al igual el imperio soviético. Según diferentes reportajes, esta era considerada la mejor estrategia en Washington ya que garantizaría la menor inversión posible por parte de la Casa Blanca y el Departamento de Estado, lo que le permitiría a la administración Bush obtener una buena noticia en materia geopolítica sin tener que mancharse las manos.
Sin embargo, lo que pocos esperaban era que el régimen castrista se mostrase dispuesto a mantenerse en el poder a cualquier costo, a la espera de alguna especie de una especie de Deus Ex Machina que pudiese cambiar repentinamente su situación. Y así sucedió con el ascenso Hugo Chávez en Venezuela.
El militar venezolano comenzó siendo un admirador de Fidel para eventualmente convertirse en su peón y títere. De esta manera, una vez llegado al poder se comenzó a reforzar las relaciones con La Habana, al punto de crear el controversial acuerdo a través del cual Caracas le proporcionaría miles de barriles de petróleo a Cuba, recibiendo a cambio personal médico de la isla caribeña.
Si bien este acuerdo pareció insignificante al principio, con el paso de los años se reveló que el régimen venezolano no solo recibía médicos sino también personal militar y asesores políticos que se mostrarían decisivos en la metamorfosis vivida por Venezuela, y la eventual estabilidad del chavismo en el poder.
El régimen venezolano sigue necesitando de Cuba.
Tomando en cuenta tanto la profundidad de este acuerdo como la alianza ideológica entre ambas dictaduras, sigue siendo crucial para el régimen venezolano mantener esta especie de trueque. Después de todo, este le permitirá mantener su poder en el nuevo tablero geopolítico que se construirá como consecuencia de la invasión a Ucrania.
Si algo demuestra este reporte de Reuters, es el hecho de que, sin importar lo que pase, Caracas sigue necesitando a La Habana. Especialmente a su personal militar y asesores políticos.